martes, 2 de abril de 2024

Las Conferencias Feynman sobre Gravitación - José Alberto Rubiño Martín

Capítulo 46

Las Conferencias Feynman sobre Gravitación.
(Por José Alberto Rubiño Martín)






Durante el año académico 1962-63, y solapando con el periodo en que desarrolló gran parte de sus famosas Conferencias sobre Física1, Feynman también impartió un curso sobre Gravitación en Caltech. El programa constaba de 27 conferencias que, impartidas a razón de una por semana, estaban planteadas como sesiones formativas para estudiantes ya familiarizados con los conceptos y métodos de la teoría cuántica de campos relativista. En ellas, Feynman daba su visión tan característica y personal de los fundamentos de la gravedad, y trató su aplicación a algunos problemas abiertos en cosmología, agujeros negros y ondas gravitacionales, entre otros.

Dos de los asistentes, Fernando B. Morinigo y William G. Wagner, tomaron los apuntes, aunque Feynman sólo llegó a revisar durante ese curso académico las notas de las once primeras conferencias, y unos años más tarde completó hasta la dieciséis. Son esas 16 conferencias las que conforman la versión publicada de las “Feynman Lectures on Gravitation” [1]. El libro tiene un prólogo magnífico que escribieron John Preskill (Profesor Richard Feynman de Física Teórica en Caltech) y Kip Thorne (Premio Nobel de Física en 2017) en 1995. Hace unos años tuve la ocasión de adquirirlo, leerlo y disfrutarlo. Hay dos temas que me llamaron mucho la atención, por la original aproximación de Feynman a los problemas, y que me gustaría compartir aquí.

 

Un Universo de densidad crítica.

El primero de ellos está relacionado con la medida de la geometría global del Universo, o equivalentemente, del contenido total de materia y energía del mismo. Hoy día sabemos, gracias a las medidas de satélites como Planck (ESA) que han cartografiado el fondo cósmico de microondas con gran precisión, que nuestro Universo tiene una densidad de energía muy cercana a la densidad crítica (con una precisión muy por debajo del uno por ciento). El concepto de densidad crítica aparece en los modelos de Universo que se derivan de las ecuaciones de la Relatividad General de Einstein, como una densidad límite que marca la frontera entre la familia de modelos que se van a expandir indefinidamente (llamados geométricamente “abiertos”, y que tienen una densidad inferior a la crítica), y los que van a sufrir un recolapso en el futuro (denominados modelos “cerrados”, y que tienen una densidad mayor que la crítica). El modelo con densidad justamente igual a la crítica se denomina modelo “plano”, en el sentido de que la geometría global del mismo corresponde a la Euclídea. Pues bien, en 1962 (¡tres años antes del descubrimiento del fondo cósmico de microondas!), Feynman justifica su preferencia por un modelo con densidad crítica con un argumento muy interesante, y que sigue siendo cualitativamente correcto.

En la conferencia 13, Feynman se sirve de la observación de cúmulos de galaxias, como el cúmulo de Virgo, para llegar a la conclusión de que la densidad del Universo debe ser muy cercana a la crítica. Los cúmulos de galaxias son las estructuras ligadas gravitacionalmente más grandes que se observan en el Universo. Contienen miles de galaxias que se mueven a velocidades del orden de los 1000 km/s. Hoy día sabemos que emergen en las intersecciones de la red cósmica de filamentos que conforma la estructura a gran escala del Universo.

En palabras de Feynman, la propia existencia de los cúmulos (de galaxias) muestra que las nebulosidades (galaxias) se atraen unas a otras con suficiente fuerza como para mantener ligadas estas estructuras en escalas de tiempos comparables a la edad del Universo. Dado que la mayor parte de las galaxias que observamos aparecen asociadas a estos objetos, su conclusión es que la materia (visible) del Universo no tiene energía cinética suficiente para escapar de estructuras cercanas. Esto lleva necesariamente a que la densidad promedio del Universo no puede ser muy inferior a la crítica, pues ello implicaría que la formación de los cúmulos (regiones con suficiente densidad como para desacoplarse de la expansión) debería originarse por fluctuaciones locales extremadamente altas en la densidad de materia. Por tanto, concluye que la mayoría de la materia aparece en cúmulos porque la energía gravitatoria es del mismo orden que la energía cinética de la expansión, lo que sugiere que la densidad debe ser muy cercana a la crítica en todas partes.

Feynman continua con una discusión sobre la validez de la conclusión anterior en el caso de que el principio cosmológico no sea válido, y añade la siguiente reflexión inspiradora: los problemas centrales de la cosmología sólo podrán resolverse cuando sepamos cómo es realmente el Universo, cuando tengamos gráficos precisos de los desplazamientos al rojo y las densidades en función de la distancia y la posición en el cielo.

Pues bien, en la actualidad, y desde hace más de dos décadas, la medida de la abundancia de cúmulos de galaxias en los grandes cartografiados de galaxias es una de las herramientas que usamos en cosmología moderna para extraer los parámetros globales que describen el Universo, en combinación con las medidas del fondo de microondas y de las supernovas a alto desplazamiento al rojo. Las medidas confirman la intuición de Feynman de hace más de 60 años.

Fig.1 Cúmulo de Virgo. Es una estructura a unos 59 millones de años-luz de la Tierra, que contiene más de 1300 galaxias ligadas por efecto de la gravedad, y que se mueven a velocidades del orden de 1000 km/s. Imagen extraída de https://en.wikipedia.org/wiki/Virgo_Cluster.

 

Ondas gravitatorias y el abalorio con fricción.

El segundo de los temas que quería comentar aquí, y que aparece en la Conferencia 16 (última de las publicadas), está relacionado con la existencia y propiedades de las ondas gravitatorias. Feynman dedica la última parte de dicha conferencia a derivar las fuentes de radiación gravitatoria. A diferencia del electromagnetismo, donde los casos más sencillos de radiación corresponden a la denominada aproximación dipolar, en el caso de la gravedad el primer término que contribuye a la radiación es de tipo cuadrupolar. ¿Qué quiere decir esto? En gravitación, el término monopolar representa la masa total de un sistema, mientras que un dipolo (segundo término) representa la asimetría de la distribución de la materia y se relaciona con el centro de masas del sistema. Las leyes de conservación de la masa y el momento lineal, respectivamente, hacen que ambos términos no contribuyan al proceso de radiación. El siguiente término, el cuadrupolo, es una medida más compleja de la distribución de masa, que tiene en cuenta la forma y orientación de la masa. Son las variaciones de dicho término cuadrupolar las que producen ondas gravitatorias. En términos generales, podríamos decir que para tener emisión de ondas gravitatorias necesitamos centrifugadoras muy rápidas (y masivas), con movimientos altamente no esféricos. Un ejemplo astrofísico podrían ser los sistemas binarios de estrellas (o de agujeros negros).

Pues bien, Feynman finaliza su conferencia de esta forma: ¿Cuál es la potencia irradiada por tales ondas? Hay muchas personas que se preocupan innecesariamente por esta cuestión, debido al prejuicio perenne de que la gravedad es de alguna manera misteriosa y diferente: sienten que podría ser que las ondas gravitatorias no transporten energía alguna. Se puede demostrar que pueden calentar una pared, por lo que no hay duda sobre su contenido energético. La situación es exactamente análoga a la electrodinámica, y en su interpretación cuántica, cada gravitón radiado lleva una energía ω.

¿Cuál es el contexto histórico de esta afirmación? Uno de los problemas abiertos hacia finales de los años 50 del siglo XX en relación a las ondas gravitatorias era su propia existencia como entidad física. Al ser la Relatividad General una teoría covariante2, históricamente siempre ha resultado complicado distinguir entre fenómenos físicos reales y artefactos causados por una inadecuada elección del sistema de coordenadas. La primera predicción de la existencia de ondas gravitatorias (en el límite de campo gravitatorio débil) es del propio Einstein en 1916, un año después de presentar su teoría. Dos años después, en 1918, Einstein deriva la famosa fórmula del cuadrupolo, que describe la energía que llevan consigo las ondas gravitatorias. Sin embargo, la cuestión de su existencia no se zanjó aquí, en gran medida porque resulta muy complejo dar una definición rigurosa de la energía que transportan dichas ondas. De forma que la duda de su existencia permaneció durante años en la comunidad científica.

Es interesante recordar que incluso el propio Einstein, en la primera versión de un trabajo que escribió con Nathan Rosen en 1936, llegó a argumentar que las ondas gravitatorias realmente no existen. La razón de esta conclusión se debía al hecho de haber obtenido una serie de singularidades cuando intentaban encontrar soluciones de tipo onda (plana) a las ecuaciones completas de la Relatividad General. Tras un conocido incidente con el editor de Physical Review y con el árbitro del artículo, finalmente Einstein se dio cuenta que dichas singularidades no eran sino artefactos de las coordenadas elegidas, y rectificó la versión del artículo que finalmente aparecería como publicada en otra revista3.

El problema de la existencia no era el único que preocupaba a la comunidad relativista a mediados del siglo pasado. Incluso tomando como cierta su existencia, aún existía un problema en relación a la fórmula de la radiación gravitatoria de sistemas auto-gravitantes, como parejas de estrellas (sistemas binarios). Una revisión histórica detallada de estos dos problemas, con especial énfasis en los aspectos teóricos, puede encontrarse en el libro “Traveling at the Speed of Thought” [2].

Feynman jugó un papel destacado durante la histórica conferencia de Chapel Hill4 (Universidad de Carolina del Norte), que tuvo lugar en enero de 1957. Allí presentó su visión sobre la gravedad, que a la postre serviría para inspirar una aproximación a la gravedad cuántica. En el segundo día en Chapel Hill, Feynman presentó su famoso argumento del abalorio con fricción (“sticky bead argument”, [3,4]), un experimento mental que demuestra que las ondas gravitatorias sí llevan energía. Aunque Feynman nunca llegó a escribir un artículo científico con este argumento, Hermann Bondi (otro de los asistentes de Chapel Hill) sí publicó una variante de la idea poco después de la conferencia [5]. El registro más completo que tenemos hoy día de estas ideas de Feynman provienen de una carta que el propio Feynman escribió a Victor Weisskopf en 1961, junto con las notas finales de su conferencia 16 que se han expuesto más arriba. En esa carta a Weisskopf, Feynman describe con detalle su concepto de “detector de ondas gravitatorias” presentado en Chapel Hill.

El resto de la historia puede resumirse así. Uno de los asistentes a Chapel Hill, Joseph Weber, inspirado por las discusiones de esta conferencia, desarrolló la primera generación de detectores de ondas gravitacionales. Sus trabajos fueron pioneros en este campo, y desencadenaron otros esfuerzos posteriores que culminan con la detección experimental de una onda gravitatoria el 14 de septiembre de 2015 con el Observatorio LIGO, y que mereció el premio Nobel de Física en 2017 para Rainer Weiss, Kip Thorne y Barry C. Barish.

Fig.2 LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory). Izda: LIGO Hanford. Dcha: LIGO Livingston. En la primera campaña de observación, entre septiembre de 2015 y enero de 2016, el observatorio LIGO realizó las tres primeras detecciones de ondas gravitacionales. En 2017, el premio Nobel de Física fue galardonado a Rainer Weiss, Kip Thorne y Barry C. Barish por “sus decisivas contribuciones al detector de LIGO, y la observación de ondas gravitacionales”.  Imágenes obtenidas de https://en.wikipedia.org/wiki/LIGO.


Por otro lado, la fórmula del cuadrupolo fue confirmada experimentalmente mucho antes, cuando en 1974 Russel Hulse y Joseph Taylor descubrieron el púlsar PSR B1913+16 como parte de un sistema estelar binario. El decaimiento (o disminución) gradual de la distancia entre los dos objetos de dicho sistema fue medido con gran precisión, y mostraba total acuerdo con la predicción original de Einstein para la fórmula del cuadrupolo, que describe la energía radiada en forma de ondas gravitatorias por el sistema binario. Hulse y Taylor recibieron el premio Nobel de Física en 1993.

Visto en perspectiva, el papel de Feynman en relación a las ondas gravitatorias resultó clave para solucionar los problemas conceptuales del momento, y contribuyó a desencadenar los primeros esfuerzos experimentales para su detección.

 

Mi visión personal.

Mi primer contacto con la ciencia de Richard Feynman fue relativamente tardío, durante los años que estudié la Licenciatura de Física en la Universidad de Granada. Aunque seguramente apareciesen conceptos y explicaciones relacionadas con Feynman a lo largo de los primeros cursos, recuerdo nítidamente el estudio en profundidad de su legado científico durante mis años de la especialidad de Física Teórica, y en particular, al estudiar teoría cuántica de campos.

Mi contacto con el “personaje” fue algunos años después, ya durante la etapa del doctorado, a través de la lectura del “¿Está usted de broma, Sr. Feynman? (Surely you’re joking, Mr. Feynman!) [6]”. Como a muchos otros colegas, este libro me fascinó, y dió pie a buscar y leer muchos más (QED, Easy Pieces, Feynmann’s tips on Physics, The Pleasure of Finding Things Out, El carácter de la ley Física, …).

De estas lecturas se pueden extraer muchas frases de Feynman que son auténticas lecciones de cómo afrontar la ciencia y la vida. De todas ellas, para mi hay cuatro que tienen un significado especial, que trato de recordarme casi a diario en el trabajo, y que utilizo incluso cuando hablo con mis estudiantes o doy charlas de divulgación:

- No debes engañarte a ti mismo, y eres la persona más fácil de engañar5.

- No creo que pueda vivir sin enseñar. La razón es que tengo que tener algo para que cuando no tenga ninguna idea y no llegue a ninguna parte pueda decirme a mí mismo: Al menos estoy viviendo; al menos estoy haciendo algo; Estoy haciendo alguna contribución6.

- Para que una tecnología tenga éxito, la realidad debe prevalecer sobre las relaciones públicas, porque no se puede engañar a la naturaleza7.

- Puedo vivir con dudas e incertidumbre, y sin saber. Creo que es mucho más interesante vivir sin saber que tener respuestas que podrían ser erróneas. Tengo respuestas aproximadas, posibles creencias y diferentes grados de certeza sobre diferentes cosas, pero no estoy absolutamente seguro de nada8.

 

 


Notas:
1 Concretamente, las que corresponden a los volúmenes 2 y 3 de las “Feynman Lectures on Physics”.
2 Covariante significa que los sistemas de coordenadas no tienen un significado intrínseco.
3 El artículo fue finalmente publicado en otra revista. Einstein & Rosen (1937). "On gravitational waves". Journal of the Franklin Institute223 (1): 4354.  doi:10.1016/s0016-0032(37)90583-0.
4 En su libro “¿Está usted de broma, Sr. Feynman?” [6], recoge la anécdota de cómo fue su llegada a esta conferencia.
5 You must not fool yourself, and you are the easiest person to fool. “Surely You're Joking, Mr. Feynman!” (1985).
6 I don’t believe I can really do without teaching. The reason is, I have to have something so that when I don't have any ideas and I'm not getting anywhere I can say to myself, "At least I'm living; at least I'm doing something; I'm making some contribution".Surely You're Joking, Mr. Feynman!” (1985).
7 For a successful technology, reality must take precedence over public relations, for nature cannot be fooled. Rogers Commission Report” (1986). Informe de la Comisión Rogers sobre la investigación del desastre del transbordador espacial Challenger. Youtube.
8 I can live with doubt, and uncertainty, and not knowing. I think it's much more interesting to live not knowing than to have answers which might be wrong. I have approximate answers, and possible beliefs, and different degrees of certainty about different things, but I'm not absolutely sure of anything.  "The Pleasure of Finding Things Out" (1981).



Bibliografía:
(1) Feynman, Morinigo & Wagner, “Feynman Lectures on Gravitation”, University of Bangalore Press, 4th Edition 1997. Preskill, John and Kip S. Thorne. Foreword to Feynman Lectures On Gravitation.1995.  PDF.
(2) Kennefick, D., “Traveling at the Speed of Thought”, Princeton University Press, 2007.
(3) “Sticky bead argument”. Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Sticky_bead_argument.
(4) DeWitt-Morette & Rickles, “The Role of Gravitation in Physics”, Report from the 1957 Chapel Hill Conference (Edition Open Access, Berlin, 2011). Online.
(5) H. Bondi, “Plane gravitational waves in general relativity”, Nature 179, 1072 (1957).
(6) Feynman, R. “Surely you’re joking, Mr. Feynman”, Vintage Books, London 1985.



José Alberto Rubiño Martín.
Doctor en Ciencias Físicas.
Profesor de Investigación.
Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).


Créditos Música:
521 1.48
Reaching The Sky by Alexander Nakarada (www.creatorchords.com)
Creative Commons / Attribution 4.0 International (CC BY 4.0) https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/


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